La COVID-19 ha cambiado las relaciones afectivas y las actitudes sociales, provocando un aumento de la desconfianza hacia el contacto con los demás por miedo al contagio.
Hasta el 2020 ninguna enfermedad había afectado tanto a nuestra forma de vida. No solo es el pan de cada día en los medios de comunicación, sino que ha acortado la esperanza de vida en uno de los países del mundo más longevos como es España, además de incorporar el teletrabajo a nuestra rutina semanal.
El colapso de la atención sanitaria, la elevada mortalidad y su propagación invisible y silenciosa han aumentado los niveles de ansiedad hasta límites insospechados por el sentimiento constante de alerta indiscriminada.
Por este motivo, mensajes como el recogido en el Cuadro Lujuria IX de Héctor Lara se encuentran hoy en entredicho. La libertad sexual sin prejuicios es difícil de sostener ante una realidad que exige medidas adicionales de protección. Y sin embargo, es arte útil, puesto que nos recuerda que somos libres. ¿Cómo se encuentran tus alas?
